Prólogo
Orlando es un personalísimo
pintor, con obra prolija, llena de poesía, de misterios y de emociones, al que
referencié como un gran artista. Después he comprobado que además es un gran
hombre, íntegro, que sigue su vocación con ahínco; sensible, altruista y
compasivo, como queda patente en la
dedicatoria de esta su “opera prima” literaria, dice Orlando en ella: “Dedico
este libro /a mis hijos /a mis padres que Dios tenga en su gloria/ y a toda la
humanidad”. Aquí está dicho todo. Estas palabras no precisan otra glosa. Esta
es la personalidad del autor. Estos son sus valores y sus poderes de humanista
contemporáneo.
Orlando Arias es, como se ve, un
espíritu cosmopolita y además un soñador. Al igual que en su pintura, en “Los
sueños de Alejandro y de Isabel, el despertar de un nuevo amanecer” el autor se
expresa en un meta-realismo, que supera la memoria de los sueños, para
introducirse en los espacios de la fantasía.
La historia que cuenta en su
libro, en parte crónica de un tiempo y de una sociedad, tiene sus raíces, no
solo en el Valle de donde es oriundo, sino también, como él dice, “en el
influjo que los ancestros ejercen sobre el alma de cada uno”, ya que, en
efecto, su narración es muy propia de aquellos países andinos, en los que
transcurrió su infancia y sus primeras impresiones vitales, de las que toda persona
es feudataria.
En la obra de Orlando Arias,
como en su pintura, aparecen los colores que dan vida a un riquísimo mundo
cromático, alimentado permanentemente por la realidad folklórica y popular de
su país.
J.L. Montané ha definido a
este pintor como un “metafísico” y lo es, digo yo, porque su visión de los
actos reales abarca a lo que trasciende de la evidencia, para plasmarlo en su
pintura con “una mirada del más allá”, que es lo mismo que hace en su
literatura. Pero Orlando Arias es además y sobre todo un altruista, que ama a
sus próximos y a sus lejanos. A su prójimo, a sus hermanos. A la Humanidad. La
compasión es su virtud relevante. Iluminado por ella ha concebido la historia
que da contenido a su libro y la ha plasmado con el arrebato que da la
pasión. Es una crónica apasionada del
quehacer de dos seres entregados a hacer el bien y ha impedir el mal que la
injusticia supone
La historia tiene dos
protagonistas: Isabel y Alejandro, que son jueces y partes del devenir vital de
un pueblo llano y laborioso…y también explotado. Isabel nace en un innominado
pueblo, en casa humilde, y es adoptada, en contra de la voluntad de su madre,
por la familia más rica y poderosa de la comunidad. Esta circunstancia será
conocida más adelante por Isabel, lo que constituirá un elemento importante
para el fortalecimiento de su natural
rebeldía ante la injusticia.
El niño Alejandro llega al
pueblo con su familia campesina y conoce muy tempranamente a Isabel. Desde
entonces sus vidas quedan inexorablemente unidas. El amor que nace entre ellos,
ya en la adolescencia fructifica, tras el matrimonio, en el pequeño Miguel,
depositario de la historia, en la que Alejando e Isabel, sus padres, son los
protagonistas. Historia que se trasmite por generaciones hasta llegar al
tataranieto de los protagonistas.
A Isabel, poseedora de una
energía incontenible, la domina y espolea el ardor y el dolor de la injusticia.
Sentimiento en el que es acompañada por su Alejandro, que comparte con ella la
conmiseración hacia los pobres y oprimidos.
Con esta vocación
arrolladora, Isabel inevitablemente se convierte en una líder popular y termina
por crear un partido político, con el que concurre a las elecciones. Una vez
ganadas, inicia toda una serie de reformas sociales y económicas que,
inevitablemente despiertan el odio de los poderosos, por lo que finalmente,
amenazada de muerte, se ve obligada a abandonar. No se rinde, no renuncia
Isabel a su sueño quimérico de su personal utopía, simplemente aplaza su
consecución cuando dice: “nuestra labor de hoy será centrarnos más en la
educación de los niños, ellos están llamados a cambiar el mundo”.
Alejandro, en sus oníricas
ensoñaciones, ha de ser, cual caballero artúrico, el rescatador y salvador de
su señora Isabel y la lleva, al final de sus sueños, guiado por la Nereida, a
alcanzarle el triunfo, cuando: “el padre de Nereida colocaba la corona en la
cabeza de Isabel, los asistentes se pusieron de pie y aplaudían a Isabel, como
Reina del Mar”.
Esta novela se desenvuelve
entre el naturalismo de la experiencia más escueto y la fantasía más
exuberante, que va desde, (sigamos a Italo Calvino), lo fantástico visionario
a lo fantástico mental, no despreciando la ciencia ficción, por dos vías que se
entrecruzan en el transcurso de la peripecia del relato y que es explicada
mediante el monólogo continuado de un narrador omnisciente. Finalmente la
narración toma un sesgo sorprendente, que de alguna forma nos remite al
universo kafkiano, de cuyo espíritu está impregnada toda la obra, al unir lo fantástico
y lo verdadero en una acción proyectada a un futuro nebuloso.
Son muchos los personajes,
tanto reales como oníricos. Sin embrago el autor prescinde de cualquier diálogo
interpersonal. El único diálogo existente es el que el autor establece con el
lector al que dirige sus palabras y pensamientos.
La obra recoge las utopías
que de un humanismo radical y fabiano, puro e ingenuo, en el que se desgranan
los paradigmas de una sociedad, en la que la injusticia es doblegada por el
tesón de quienes hacen de la justicia su arma y armadura contra el poder y el
egoísmo.
La lectura y la comprensión
del texto son inmediatas, sin complicaciones estilísticas, que pudieren
difuminar y entorpecer el discernimiento del mensaje y el autor lo consigue
mediante el empleo de un léxico directo y sencillo. También aquí se pueden
establecer algunas concomitancias con la obra kafkiana, ya que, “mutantis
mutandis”, conforme señala el ensayista y crítico de la obra de Kafka, Tomás
Barna: “Su prosa no se distorsiona jamás. Hay una lógica, una naturalidad, un
razonamiento tan claro y veraz en los acontecimientos reales o imaginarios que
presenta…que torna lo aparentemente más delirante y absurdo en verdad
irrefutable”. Y es que, “mutatis
mutandis”, todo eso se puede predicar de la prosa y de la literatura que
Orlando Arias desarrolla en esta su “opera prima”.
El relato, siguiendo un
proceso diacrónico, está compuesto por un caleidoscopio de escenas que explican
las historias de los dos protagonistas, Isabel y Alejandro, a los que las
circunstancias unen y así continúan hasta más allá del fin de la narración, que
está plena de inocencia.
La peripecia de Isabel está
narrada en un estilo radicalmente realista, naturalista, en el que no se
ahorran los detalles de la crueldad, a los que puede llegar el egoísmo de los
poderosos, en su relación con sus semejantes, según la experiencia nos
demuestra día a día y podemos constatar, si nos mantenemos atentos al clamor de
los oprimidos.
Alejandro es coprotagonista
de la historia de Isabel, pero al mismo tiempo es protagonista de la historia
que en los sueños tiene, en los que aparece como caballero de Camelot valedor y
salvador de Isabel, a la que acechan peligros innúmeros e inimaginables. Solo
imaginables en el mundo onírico en el que el protagonista se desenvuelve. El
autor, en la narración de estos sueños, usa todo tipo de recursos literarios,
que van desde los que Lewis Carrol empleó en el país maravilloso de Alicia,
pasando por los que J.R.R. Tolkien desarrolló para su Señor de los Anillo,
hasta los que la también británica J.K. Rowling manejó para explicar las
peripecias de su niño-mago, Harry Potter.
Así como la historia de
Isabel es una imagen fiel de los acontecimientos reales que componen su entramado, los sueños de Alejandro
constituyen una gran metáfora con la que el autor describe la lucha por
conseguir los ideales del protagonista entre los que destaca su afán por salvar
y proteger a su señora. La narración puede leerse de corrido, siguiendo su
discurrir cronológico, o puede leerse abriendo el libro por cualquier capítulo,
pues que cada uno de ellos constituyen de por si un relato en el que se da,
según la preceptiva clásica: Un planteamiento, un nudo y un desenlace.
Orlando Arias, el autor, es
sin duda, un hombre de convicciones que vuelca en su relato y si bien es cierto
que, como decía Ortega y Gasset “nuestras convicciones más arraigadas son las
más sospechosas, porque constituyen nuestros límites, nuestros confines,
nuestra prisión”, no es menos cierto que, como afirmó el poeta alemán Heine,
sólo aquellos que tienen convicciones son capaces de concebir y edificar bellas
y poderosas catedrales góticas. Pero como dice el ya citado ensayista Tomás
Barna: “La riqueza de la obra literaria nos confirma también,, que los símbolos
denominados “universales” no son la materia esencial de la creación artística,
puesto que - en sí mismos – son elementos estériles. Sólo cuando se hallan
animados de una experiencia personal y adquieren la vibración que emana de los
sentidos, logrando crear atmósferas en la que se entremezclan la ambigüedad y
la sugerencia… los símbolos pueden conmover y emocionar profundamente”. Y este
es el caso.
A esta obra, por tanto, (yo
diría, que a toda narrativa), hay que acercarse con actitud meditativa e,
incluso, introspectiva, para llegar a descubrir la esencia y el fundamento de
toda proposición, sea racional o ideal, que en ella se explicita. Es decir,
debemos abordar su lectura con una disposición intelectual abierta a las
consecuencias del impacto, inmediato y subsiguiente, que pueda producirnos,
para aprovechar aquello que el texto y el contexto nos propone y vibrar y
emocionarnos con ello. Aceptado esto, entiendo, con el autor, que es así como
el futuro lector debe acercarse a esta narración, y solo bajo esta óptica, ha
de entenderse la advertencia que nos hace en la Introducción a la narración,
cuando escribe: “hay que leerla con mente abierta, receptiva, sin prejuicios de
ninguna clase, desprovisto de todo interés personal y hacer volar a nuestra
imaginación, para capturar la magia y los misterios que encierra el Universo”.
Amén, digo yo.
Benito de Diego González
Capítulo 1
Nacimiento de Isabel
El pequeño
Alejandro cuando buscaba unos juguetes en el viejo baúl que se encontraba en el
sótano de la cabaña, vio unas fotografías llamándole la atención una de ellas,
inmediatamente fue en busca de su abuelo para preguntarle quiénes eran, él al
verla dijo son mis abuelos Isabel y Alejandro, antes de la catástrofe de este
planeta lucharon contra la injusticia y daban fórmulas para lograr un cambio
social de la humanidad. Isabel desde muy pequeña sintió el drama humano cuando
vio en las calles niños mendigando, junto con Alejandro y varios benefactores
entre ellos su padrino José Luis, crearon una fundación para atender a estos
niños desprotegidos. Más tarde mientras estudiaban en la Universidad,
indignados ante tanta corrupción y malas políticas que habían generado una
crisis financiera en el mundo, decidieron estudiar las causas que la
originaron, llegando a la conclusión que toda crisis estaba hecha a propósito
por las grandes fortunas, con el fin de quitarse de en medio a pequeñas y medianas
industrias que significaban un estorbo a sus intereses. Aprovechando su poder
económico, social y político se apoderaban de los gobiernos, quitaban y ponían presidentes
a su antojo quienes dictaban leyes a favor de estos, sin importarles la suerte
que corrían los más desfavorecidos y con teorías falsas manipulaban sus mentes
para mantenerlos en la ignorancia y fueran presas fáciles a su servicio.
Ella movida por el dolor ajeno,
con sus discursos llamaba a la reflexión, les decía a los que poseían mayor
fortuna, que con su forma de actuar, solo estaban consiguiendo llevar a la
destrucción total del planeta tierra, donde sucumbirán víctimas de sus propias obras,
también llamaba a la reflexión a todo el pueblo, diciéndoles que si querían un
cambio social de la humanidad, deberían comenzar a trabajar consigo mismo,
despojarse de todo elemento inhumano que llevara dentro, si de verdad aspiraban
a una vida mejor.
Antes de la catástrofe de este
planeta, existían dos tipos de partidos, los de derecha que favorecían a los que tenían más
dinero y los de izquierda, se decían ser socialistas, sin embargo, terminaban
siempre a favor de estos señores. Isabel afirmaba que ninguno de estos partidos
podía solucionar los problemas que aquejaban a la sociedad porque eran simples
marionetas al servicio del sistema que habían creado, con el fin de explotar y
esclavizar a la inmensa mayoría de personas, con medios fraudulentos se
apoderaban de la economía mundial, motivo por el cual creó un partido de tipo
humanista concebido en una sociedad sin clases sociales, solo así era posible
conquistar la libertad, la paz y el amor que tanto anhelaba para su pueblo ya
que existiendo pobres y ricos, habría siempre explotación, hambre, miseria, guerras,
si realmente pretendían un paraíso en la tierra, tenían que escuchar a
Isabel, porque era la conciencia del pueblo.
Mientras pasaba todo esto en la
vida cotidiana de ambos, paralelamente en sus sueños adquirían experiencias que
les ayudarían a cumplir sus objetivos, que era establecer entre sus habitantes una
convivencia más justa y humana, ella en sus sueños visitaba un planeta donde la
ciencia y la sociedad era mucho más avanzada que la nuestra, en cambio él en
sus sueños, Nereida la hija del mar al ver que la contaminación ponía en peligro
la extinción de todas las especies que viven dentro del mar, le encomendó la
misión de rescatar a Isabel que se encontraba prisionera en lo más alto de la
montaña, para lograrlo, debía luchar con innumerables bestias que se hallaban a
lo largo de su camino, ella una vez libre ocuparía su trono como reina del mar.
El pequeño Alejandro muy emocionado quería que le contara la historia
de sus tatarabuelos, el abuelo accedió, sacó un libro que escribió narrando la
vida de ellos y le pidió que terminara de desayunar, luego salieron a la playa,
caminaron por la orilla del mar, llegando a unas rocas se sentaron sobre estas,
abrió el libro en la primera página y leyó la advertencia que hacía para
comprender mejor su contenido: “Para entender esta novela, hay que poner en
juicio nuestra conducta, leerla con mente abierta, receptiva, sin prejuicios de
ninguna clase, desprovista de todo interés personal y hacer volar nuestra
imaginación para capturar la magia y los misterios que encierra el Universo”. A
continuación se ubicó en el primer capítulo y comenzó a leer:
Amanecía, todo el pueblo
engalanado con flores y serpentinas estaba de fiesta, en una de las habitaciones
de la casa de Samuel, nacía su hija Isabel, al ritmo de tambores y comparsas se
escuchaba el llanto de quien más tarde ocuparía su trono como reina del mar,
ahora solo era una gota de agua pura y transparente, a su alrededor todo era
tranquilidad, el bullicio de la gente apenas se escuchaba a lo lejos, de pronto
interrumpieron unos hombres encapuchados y empleando la violencia obligaron a
la madre a entregarles a la niña, en ese momento sentía que le robaban un
pedazo de su alma, fue tanta la desesperación que cayó inconsciente al suelo.
Pasaron los
años y la madre de nombre Raquel ya no era la misma, todavía sufría por la
ausencia de su hija, mientras en un pueblo distante, ella crecía en una familia
que poseía grandes riquezas, se había convertido en una niña hermosa y
radiante, por donde pasaba acaparaba las miradas de propios y extraños, llamaba
la atención por sus movimientos, porque daba la sensación que caminaba por el
aire y a cada paso, el viento como una ola, ondeaba su larga cabellera.
Capítulo 2
Primer encuentro de Alejandro con Isabel
Un
día llegó al pueblo una familia campesina, Alejandro el más pequeño, tropezó
con Isabel y ambos cayeron al suelo, él sintió que se le venía encima el mar y
corrió a los brazos de su padre, volteó la cabeza y vio a ella levantarse como
si nada hubiese pasado y marcharse en dirección a su casa, a partir de entonces
soñaba con Isabel todas las noches, siempre a orillas del mar, seguía sus pasos
huella tras huella, solo escuchaban el venir de las olas y el palpitar de sus
corazones, después de caminar por la arena se sentaron en una roca y observaban
las estrellas, él le decía que le gustaría tener una de esas estrellas, la pondría
en una caja de cristal, ella le contestó que ya poseía una en su corazón, por
eso palpita y nos da vida, Alejandro para comprobar si era cierto, se puso la
mano en el pecho y exclamó, claro, ¡tengo un mundo por descubrir!, dicho esto
se despertó, miró a su alrededor y se dio cuenta, que solo era un sueño.
A
medio día salió al patio, se sentó en la grada y se puso a pensar en la nada,
así mismo se decía, si no existieran las estrellas, los planetas ni nosotros;
trataba de no sentir su cuerpo, de pronto su mente se parecía al mar,
observaba el movimiento de sus pensamientos como las olas que golpean la
arena, luego poco a poco venía la calma y se veía ser una gota de agua tranquila
y serena. Después de varios minutos en la tierra y una eternidad en el océano,
volvió en sí, su madre salió a su encuentro, le puso la mano sobre su cabeza, como
estaba caliente por el sol, le tomó del brazo y lo llevó a su habitación, durante
la tarde trataba de saber qué le había pasado desde el momento que tropezó con
ella, ya no era el mismo, travieso y juguetón, no podía entender por qué le
venían a la mente imágenes del mar y con cada ola sentía estremecer su alma, todos
los días esperaba con ansias que llegara la noche para poderla ver en su mundo
astral, sabía que sus encuentros se estaban convirtiendo en un ritual, una
necesidad vital, en cambio en el mundo terrenal apenas se veían de lejos, la
diferencia social de sus familias se lo impedían, a él no le importaba, le era
suficiente soñar con Isabel.
Capítulo 3
Nereida encomienda a Alejandro
rescatar a Isabel
En
uno de los sueños de Alejandro, a la hora de la cita, ella no llegaba, tenía
miedo de encontrarse solo, hasta que apareció Nereida la hija del mar, le dijo
que Isabel estaba prisionera en lo más alto de una montaña y que él era el
único que podía rescatarla, le pidió que la siguiera para mostrarle el camino
que conduce a dicha montaña, él siguió sus pasos y cuando esta comenzó a
introducirse dentro del mar, tuvo mucho miedo, ella le puso su mano en sus ojos
logrando tranquilizarlo, una vez dentro del mar, se maravillaba con todo lo que
veía, no existían palabras para describirlo, sentía explotar su corazón de emoción,
se daba cuenta, que descubría un nuevo mundo más allá de sus pensamientos, más
allá de sus sentidos y decía, ¡cómo es posible vivir ciego en la tierra sin
saber que existen lugares como este!, si pudiera vivir aquí sería inmensamente
feliz, Nereida al oír esto le replicó, el que verdaderamente es feliz, lo es en
todas partes.
El
viaje al fondo del mar era una experiencia mágica que jamás olvidaría Alejandro,
siguieron por un pasillo rocoso que conectaba a un pequeño lago por donde
salieron a un campo descubierto, él no salía de su asombro y se preguntaba,
¿cómo era posible que en el fondo del mar hubiese paisajes parecidos al de la
superficie terrestre?, será que estoy soñando, Nereida captaba lo que pensaba y
le dijo, estás soñando dentro tus sueños, entonces le preguntó ¿cómo es posible
esto?, ella le respondió, el mundo al que perteneces no es todo, es solo la
parte exterior de lo real, lo esencial no lo puedes percibir con tus sentidos
físicos, necesitas despertar los del alma, si quieres tener existencia real y
pertenecer a estos mundos; en tu cuerpo físico está la materia prima que debes
esculpir en otras semejantes a ella, ya no solo serás una gota de agua, sino el
océano mismo, dicho esto en ese instante atravesaban un bosque de árboles gigantes,
de entre las ramas eran observados por unos seres diminutos de cuerpo etéreo y
luminoso, quienes extendían sus brazos al infinito, también solían sumergirse
en aguas profundas y danzar dentro del fuego, nada les hacía daño, eran amos y
señores de la naturaleza, la felicidad personificada. A cada paso que daban, él
notaba que adquiría mayor fuerza, después de caminar durante varias horas,
llegaron a orillas de un río caudaloso, para liberar a Isabel le explicaba la
hija del mar, primero tendrás que andar en contra de la corriente del río hasta
encontrar el camino que conduce a la montaña, dicho esto le entregó una espada,
le dio la espalda y se perdió en medio del bosque.
Capítulo 4
Primer combate de Alejandro
Alejandro
se encontraba solo, no sentía miedo, estaba dispuesto a todo para rescatar a
Isabel, sabía que ella era una parte de él y más que nunca decidido a recuperarla,
cuando dio el primer paso para introducirse dentro del río, escuchó un
estruendoso ruido, vio cómo la tierra se abría para dar paso a un enorme árbol,
cuyas ramas le golpeaban impidiendo que siguiera su camino, él desenfundó su
espada y arremetió contra su adversario cortándole rama por rama, en el
instante que el filo de su espada atravesó la savia del tronco, este cayó
desplomado al suelo, para continuar río arriba tenía que recuperar fuerzas, se
sentó y apoyó su espalda en una roca, poco a poco se fue durmiendo y en el
mundo físico su madre le despertó, a la hora y media salía con su padre y sus
dos hermanos mayores, al sembradío de papas que se hallaba a siete kilómetros
de distancia, tuvieron que utilizar dos caballos para el viaje por senderos
estrechos, en el trayecto José el hermano mayor comenzó a golpear al caballo
para que corriera más deprisa, al sentir miedo se agarró de la rama de un árbol
y quedó suspendido en el aire, en cambio, Alejandro que iba montado en el mismo
caballo cayó al suelo y empezó a rodar en dirección a un precipicio demasiado
profundo, a escasos metros del borde alcanzó a sujetarse de un arbusto, Vicente
su padre desesperado corrió a su encuentro, extendió sus manos consiguiendo
cogerlo de los brazos y transportarle hacia el camino, así pudo salvarle a
tiempo, antes de que el arbusto se desprendiera de la tierra por completo, el padre
le reprendió a José y le dijo que no cometiera otra imprudencia, Alejandro en
voz baja agradeció a Nereida por salvarle la vida prometiéndole liberar a
Isabel.
Después
de llenar dos sacos de la cosecha de papas, lo pusieron sobre el lomo de los
caballos, se dirigieron a la carretera para regresar a casa, ellos iban a pie,
a mitad del trayecto comenzó a llover, tuvieron que resguardarse en una pequeña
cueva, cogieron del suelo ramas secas y prendieron fuego, Vicente cavó un
agujero donde colocó primero el carbón que ya estaba al rojo vivo, encima un
recipiente de aluminio con veinte papas, lo tapó y lo cubrió con tierra, una
vez cocinadas se las comieron, el cielo parecía estar muy enojado, caían rayos
hasta que se hizo de noche, no tuvieron más remedio que esperar que amaneciera
para continuar el viaje. Durante la noche Alejandro fuera de su cuerpo físico
se transportó al mismo sitio que se puso a descansar, fue grande su sorpresa al
ver que el árbol que le atacó estaba nuevamente de pie, dispuesto a impedir que
llegara a la cima de la montaña, entonces desenvainó su espada y tras un intenso
combate comenzó a cortar las ramas y clavarle en el tronco atravesando la
savia, este cayó fulminado al suelo, para asegurase que no volviera a renacer
le prendió fuego, mientras se consumía por las llamas, se dio cuenta, que no
era un árbol, sino un animal en forma de árbol.
Luego
de un breve descanso, se metió al río y avanzó en contra de la corriente, tenía
que hacer el máximo esfuerzo para no ser arrastrado río abajo, cada vez que tropezaba
se aferraba a una roca cercana, después de recorrer dos kilómetros sentía que
le flaqueaban las piernas, de pronto despertó sobresaltado porque a escasos
metros de la cueva había caído un rayo, ya no pudo dormir, más bien se puso a
recordar todo lo vivido en sus sueños, al amanecer prosiguieron camino al pueblo.
Capítulo 5
Una gran misión
Cuando
llegaron al pueblo y pasaban frente a la casa de Isabel, Alejandro tenía muchas
ganas de verla para saber cómo se encontraba, ya que en sus sueños estaba presa
en un agujero debajo de la tierra en la cima de la montaña, custodiada por
miles de serpientes venenosas, motivo por el cual no podía salir ni para mirar
la luz del día.
Una vez en casa después de bañarse
y alimentarse, salió con su hermano Marcos, se dirigieron al parque para reunirse
con unos amigos donde había un pequeño espacio con una portería, durante el
juego, el balón fue a dar al otro lado de la calle, Alejandro se apresuró a
recogerlo, tuvo que sortear el paso de los automóviles para no ser atropellado,
al cruzar la vía, grande fue su sorpresa de ver a Isabel con el balón en la
mano dispuesta a entregárselo, en el momento de recibirlo le dijo que no se
preocupara que está en camino su rescate, ella le contestó que no sabía de qué
le hablaba, le dio la espalda y se alejó. él dejó de jugar, se sentó en un
banco del parque y trataba de entender por qué Isabel ignoraba todo lo que le pasaba
en sus sueños, puesto que era tan real como si lo viviera en carne propia, totalmente
desilusionado regresó a su casa y ya no continuó con la tarea de rescatarla.
Así pasó el tiempo, cumplía catorce años, sus padres le hicieron una fiesta,
invitaron a sus amigos más cercanos, entre los asistentes había una dama a la
que no conocía, pensaba que vino con alguno de los invitados, al aproximarse
para mirarla más de cerca, sintió que el mar le abrazaba y las olas acariciaban
su rostro, al situarse frente a ella vio que se evaporaba gota tras gota hasta
desaparecer, se dio cuenta, que era Nereida, comprendió que debía acudir a la
orilla del mar donde se encontraba con Isabel; esa misma noche, una vez que
salió de su cuerpo físico, fue directamente a dicha zona, caminó por encima de
las huellas que todavía estaban marcadas en la arena, se sentó en una roca y en
completa tranquilidad contemplaba el ir y venir de las olas, suavemente como el
murmullo de las aguas y el silbido del viento, comenzó a escuchar una voz
diciéndole que Isabel corre peligro y si muere, los mares y los ríos se secarán,
dicho esto Nereida emergió del mar y nuevamente le condujo al lugar que lo dejó
hace dos años atrás, tenía la impresión que en el mundo de sus sueños el tiempo
no ha transcurrido, el recorrido río arriba le fue fácil llegar al sitio que
dejó la última vez, la corriente del agua se desplazaba con mayor fuerza,
entonces volvió a la lucha más decidido, porque ahora entendía que sobre su espalda
pesaba una gran misión.
Los
golpes de la corriente de agua dejaban marcas en su piel, al recorrer cinco kilómetros
escuchó que más arriba arrastraba piedras de todo tamaño, para que no le
arrastrasen a él también, empezó a buscar un espacio entre las rocas enormes,
al tocar una de estas, se abrió un orificio y cayó por un túnel dentro de la
tierra, debajo del río, cuando se levantó vio muchas entradas y salidas, no
sabía qué dirección tomar, al poco rato escuchaba que alguien le decía que no
temiera que solo se dejara llevar por los sentidos de sus pies, es así cómo salió
mucho más arriba y prosiguió la marcha, en cada paso que daba notaba que la
fuerza del agua disminuía, llegó a un sitio donde todo era tranquilidad, solo
se escuchaba el respirar de la naturaleza y el suspiro de un arroyo, el camino
que buscaba lo tenía enfrente, en el momento
de salir del río, sintió que le cogían del pie, sacó su espada y arremetió
contra la mano que le arrastraba, despertó con sobresalto, vio a su hermano
José que le estiraba los pies para despertarlo. Después de bañarse y desayunar
en familia, salió rumbo al mercado, al pasar por la escuela, Alejandro sintió
nostalgia recordando los años que asistió en su pueblo natal siendo más
pequeño, en cuyas aulas aprendió a leer y escribir, ahora no asistía a clases
porque ayudaba a su padre en la venta de los productos que cosechaban, también
compraban otros, como hortalizas, verduras, legumbres y frutas para
revenderlos, para ello viajaban por distintos pueblos cercanos, una vez en el
mercado, tomó nota de los pedidos que le hacían los vendedores, al salir vio
caer a una señora al suelo, corrió en su ayuda, la levantó y le dio su pañuelo
para cubrirse la herida que se hizo en la frente, al mirarle a los ojos le preguntó
por qué estaba triste, la señora le respondió, que la tristeza acabará con ella
si no encuentra a su hija, además le decía que lloró tanto, que sus lágrimas
fueron al mar, dicho esto, Raquel con mucha ternura puso su mano sobre la cabeza
de Alejandro, le agradeció el gesto que tuvo con ella y se despidió con una
sonrisa en los labios, luego con su padre y su hermano José se dirigieron a la
parada del autobús para viajar por algunos pueblos y comprar los encargos que
le habían hecho, mientras que Marcos y su madre regresaron a casa con las
compras hechas.
Capítulo 6
El
planeta que sueña Isabel
Ramón el padre adoptivo de Isabel,
recibía en su casa a un alto funcionario del gobierno, para entregarle una
importante suma de dinero a cambio de recibir beneficios para su empresa, que
se dedicaba a elaborar derivados lácteos, es así cómo acaparaba la venta de sus
productos, ella ajena a todo esto, disfrutaba de las comodidades en medio del
lujo donde habitaba. Todas las noches en sus sueños se trasladaba a un planeta
fuera de nuestro sistema solar, cuyos habitantes vivían en paz y armonía, no
tenían fronteras puesto que era una sola nación, tampoco usaban dinero, por
tanto, no existían bancos, ni partidos políticos, no los necesitaban, elegían
al más sabio en conocimiento y con mucha bondad en su corazón, a pesar de su
corta edad asimilaba sus vivencias en ese planeta, al despertar se acordaba de
cada detalle, cada palabra y se comunicaba con ellos porque había aprendido su lengua,
su estatura media era de dos metros, podían cambiar el color de su piel o
ponerla transparente como si estuvieran hechos de agua; sus viviendas eran al
mismo tiempo, naves de forma esférica y ovalada como un huevo, se encontraban
en cualquier sitio, en la superficie, en el aire, en el mar, dentro del mar. En
sus bases interplanetarias, Isabel a veces solía ver llegar a hombrecitos de
treinta centímetros y a gigantes de cinco metros de estatura. Las ciudades eran
construidas con mucho arte, por doquier se apreciaban edificios que parecían
esculturas en movimiento, proyectaban en el espacio como si fueran lienzos
tetra dimensionales, obras de gran tamaño y de múltiples colores. Desde muy pequeños
eran educados e instruidos de manera individual y especial, desarrollaban sus
capacidades creativas de acuerdo con las habilidades que demostraban tener. No existían
lo mío ni lo tuyo, todo era de todos y nada de nadie en particular, disponían de
todo lo que producían.
Isabel se daba cuenta que los terrícolas eran para ellos como los
caníbales para éstos, por ello evitaban ser vistos, caso contrario sus vidas correrían
peligro, si esto ocurriera, tenían el poder y la tecnología para defenderse pero no les interesaba llegar hasta este punto
porque no querían hacerles daño. La inmensa mayoría que creía en su existencia
sentían miedo, pensaban que serían invadidos por ellos, si realmente fuera así,
ya lo hubiesen hecho hace miles de años y no esperar que desarrollaran el
armamento que poseían, esta posibilidad no se les pasó ni por la mente porque
mantienen la conciencia totalmente despierta, actúan de acuerdo con la ley universal
que es el amor, en cambio los terrícolas de entonces, tal como estaban jamás
llegaron a conquistar otros planetas, porque esta gran ley que es sabiduría no
permite que un planeta contamine a otros sus malos hábitos producto del ego,
además se autodestruyeron antes porque eran unos irresponsables que utilizaron
la tecnología en su contra, estos seres extraordinarios poseían una
civilización millones de años más adelantado y una ciencia que ni en sueños
podían imaginar, conocían todos los misterios de la genética y hacían maravillas
con ella, no eran esos adefesios que les mostraban en los medios de
comunicación, solo les infundían miedo para que tengan una idea distorsionada
de ellos, los que tenían una fisonomía y estatura similar a éstos se encontraban
vigilándoles para que ningún desequilibrado mental se le ocurriera hacer
estallar una bomba de grandes magnitudes que originaría una catástrofe en todo
el sistema solar, y evitar que estallara este planeta en mil pedazos como
ocurrió en el pasado con el planeta que se encontraba entre Marte y Júpiter,
ahora solo quedan restos orbitando alrededor del sol y se lo conoce con el nombre
de cinturón de asteroides.
Isabel no comentaba nada a nadie de sus sueños, porque sabía que no
la entenderían, su mundo era algo único que solo ella comprendía y se decía así
misma que para llegar a otros planetas, primero debemos ser profundamente
espiritual, al despertar, inmediatamente hacía una retrospección de todo lo
soñado y lo anotaba en su diario.
Capítulo 7
Nuestra verdadera naturaleza
Alejandro,
su padre y su hermano José, llegaban a casa con todo lo comprado, ya eran
pasadas las ocho de la noche, comieron unos asados de ternera con papas y
ensalada de verduras, se dieron una ducha y cada uno se metió en su cama,
estaban tan cansados, que solo les
apetecía dormir. Al poco tiempo su cuerpo se adormecía, comenzó a flotar transportándose
al mismo sitio a punto de salir del río, vio una sombra que se aproximaba y se detuvo
justo en la orilla del río, le extendió la mano para ayudarle a salir, era
Nereida, traía consigo un collar con una estrella de cinco puntas, se la puso
en el cuello diciéndole que esa estrella le protegería de toda fuerza que
intente impedir que llegue a la cima de la montaña y será decisivo para liberar
a Isabel, entonces se sintió con más valor y prosiguió su camino, mientras que
la hija del mar se fraccionaba en gotas de agua y el viento la dispersó por el
aire, golpeando su rostro, ahora más que nunca con paso firme continuó la
marcha.
En su trayecto veía todo
tipo de criaturas vivientes, pequeñas mariposas con cuerpo humano o pequeños
cuerpos humanos con alas de mariposas, al fin eran lo mismo, a lo largo del
camino pequeñas entidades en forma de seres humanos que irradiaban luz, salían
y entraban en las plantas, al verlas se le ocurrió preguntarles quiénes eran,
una de ellas respondió, somos Natura el que da vida a las plantas y otra añadió,
elaboramos toda clase de sustancias, unas medicinales y otras alimenticias,
Alejandro no salía de su asombro, en cada paso que daba, empezaba a ver la vida
desde otra perspectiva, más real, con contenido, sustancial, aprendía a captar
lo esencial de la vida, para qué venimos a la existencia, comprendía que tenemos
que librar múltiples batallas contra nosotros mismos, que lo exterior es un
espejo donde debemos mirarnos para saber de verdad quiénes somos, de qué
estamos hechos, qué nos pertenece, ya que todo lo demás solo servirá para
amargarnos la vida, porque es del tiempo, en cambio, nuestra verdadera naturaleza
no tuvo un principio, por tanto, no tendrá un fin, así con cada aprendizaje, comprobaba
que sabía menos, que la sabiduría no tiene límites, era algo mágico lo que experimentaba,
era abrir de un momento a otro los ojos y darse cuenta, que vivimos ciegos, de
una manera equivocada con ansias de poder que al final se convierte en nuestra
propia tragedia.
Capítulo 9
Cárcel psicológica
Alithor,
estaba pendiente de Isabel, podía captar sus pensamientos y era el encargado de
instruirla en el arte de vivir y no tendría mucho trabajo porque ella era una
persona con muchas ganas de investigar todo lo relacionado con la naturaleza.
Se preguntaba por qué los habitantes de la tierra sufren, por qué son
violentos, si se puede vivir en paz y ser felices, sabía muy bien que primero debía
crecer como persona, desarrollar todas sus capacidades cognitivas y afectivas
para luego transmitirlas a sus semejantes, lo qué ignoraba era los obstáculos
que encontraría en su camino y aun peor, que el mundo entero se le vendría
encima, puesto que a nadie le gusta que le digan lo que tiene que hacer, están
conformes con su estilo de vida, tienen pereza de reflexionar para hacer
cualquier cambio en su forma de vivir. Alithor conocía muy bien que este
trabajo requiere de muchos sacrificios, voluntad férrea y sobre todo
perseverancia, entonces se propuso asistirla en cada tropiezo que tuviera, ella
para lograr este objetivo, tendría que sentir amor infinito por sus semejantes,
para que pueda levantarse y no abandonar el trabajo por una o más caídas, por
eso Alithor le decía que si la fe mueve montañas, con amor moverás el Universo.
Isabel
percibía un gran regocijo en su corazón, con esta experiencia que acababa de
vivir, veía como las vendas que cubren sus ojos caían una a una. A medida que
comprendía el motivo de su existencia y el porqué de tantas desdichas, se daba
cuenta, que todos nuestros males se deben a nuestra ignorancia y cada triunfo
era desprender un eslabón de la larga cadena que la tenía aprisionada en su
cárcel psicológica, se despertó con gran alegría, en la calle sentía ganas de hablar
con toda la gente, cuando Alejandro pasaba por su lado, se aproximó para abrazarlo,
quién correspondió pensando que era en gratitud por el trabajo que realizaba
por ella en sus sueños, en el instante que chocaron sus miradas, vio en los
ojos de él una gran bola de fuego, se estremeció y prosiguió su camino, su
alegría se había transformado en tristeza, con esta visión entendió que el planeta
Tierra agonizaba por la forma equivocada de vida que llevan sus habitantes, se
preguntaba si vale la pena sacrificarse por hacer un mundo mejor, si todo se
venía abajo, durante varias semanas se hacía la misma pregunta sin conseguir
respuesta, hasta que un día mientras compraba frutas en el mercado, observó a
unos niños cogiendo alimentos de la basura, era la primera vez que le tocaba
presenciar esta escena, se sintió conmovida ante este hecho, se aproximó a ellos,
les obsequió la fruta que había comprado y con lágrimas en los ojos regresó a
su casa.
A
la hora de la cena Isabel no tenía apetito, pensando que afuera hay niños que pasan
hambre, entonces se atrevió a decirle a su padre, que en su empresa abriera un
comedor gratuito para los niños pobres del pueblo que no tienen qué comer,
Ramón le contestó que no dispone de tiempo ni dinero para esas cosas, en ese
momento sintió una gran decepción de su parte, se lamentaba de vivir con un
papá frío, calculador, sin sentimientos, luego se dirigió a su madre y le dijo
si ella podía hacer algo, la reacción de su madre fue mirarse las uñas, tocarse
el pelo y salir del comedor; ante tal negativa le invadió una tristeza que le
partía el alma, se refugió en su habitación tratando de encontrar una respuesta,
de cómo es posible vivir con tanta indiferencia, se preguntaba ¿dónde está la
grandeza del hombre, si solo hay miseria en sus corazones?, ahora comprendía
que aunque todo se viniera abajo, más esfuerzos deberíamos realizar y comenzar
a trabajar en nuestro propio universo interior para que sirva de faro a todo
aquel que quiera tomar conciencia de su verdadera naturaleza, que no solo es un
montón de carne y hueso sino también una inteligencia suprema, donde su
verdadera riqueza es la felicidad.
Capítulo 22
Compromiso de boda
Transcurrieron
cinco meses, Isabel cumplía dieciocho años y no dejó que pasara ni un segundo
más, llamó a Alejandro para decirle que ya tenía confirmado el vuelo de regreso,
le dio todos los datos para que fuera al aeropuerto a esperarla. Durante esos cinco meses, él había
asistido a la facultad de medicina, estaba a punto de concluir el primer semestre,
ese día salió un poco más temprano de la Universidad para ir a su encuentro, a
la hora y media de haber llegado, aterrizaba el avión, veinte minutos después
ambos se fundían en un abrazo, él le decía que nada ni nadie les volverá a
separar y aprovechó de pedirle matrimonio, lo que más quiero en este mundo es
ser tu esposa, trabajaremos y estudiaremos añadió Alejandro, ella le manifestó
que vivirá con su tía mientras resuelven dónde habitarán estando casados, a
continuación se dirigieron a su casa donde le presentó a él diciéndole que es
su prometido y que muy pronto piensan casarse, Mercedes al ver su vestimenta,
se dio cuenta por qué actuó de esa manera su hermano y les aconsejó que deberían
tomarse con más calma sin precipitarse, que el matrimonio es un asunto muy
serio, a lo cual ella respondió que en Alejandro se veía ella misma, hay una
fuerza que nos une, puesto que tenemos los mismos sentimientos y los mismos
ideales por conquistar, él añadió, que si don Ramón cree que estoy con su hija
por su fortuna, muy bien puede desheredarla, porque nuestro único tesoro es la
felicidad y esta no se compra con dinero. Mercedes conmovida por lo que escuchaba,
les ofreció su ayuda, que contaran con ella para lo que fuera, que es muy
bonito ver a una pareja que defiendan su amor a capa y espada, luego les
preparó una tortilla para que comieran, siguieron platicando unas horas más, él
debía marcharse, tenía que terminar de hacer unas tareas sobre osteología. Por la noche
Isabel llamó a su casa para avisarles, que estaba en la capital donde su tía,
contestó su madre al teléfono, se saludaron y ella le preguntó por qué la había
dejado en Miami y regresó sin avisarle, esta le respondió que solo se limitó a
obedecer lo que su padre le encomendó, pero será mejor que hablemos de esto personalmente
en cuanto vengas a casa, ella le anticipó que no piensa volver, que está muy molesta
de lo sucedido, entonces Inés decidió viajar al día siguiente.
Una vez en la capital le
decía a su hija, que su padre solo desea lo mejor para ella, a lo cual preguntó,
¿qué es lo mejor para mí?, tu bienestar contestó su madre y que te cases con un
hombre de tus mismas condiciones sociales, así podrás exigir todas las comodidades
a las que estás acostumbrada a vivir, ¿aunque no seas feliz? replicó ella, Inés
sin saber que contestar, comenzó a explicarle que ella todavía no tenía la edad
suficiente ni la experiencia para entender muchas cosas, siendo jóvenes lo que
soñamos es muy distinto a la realidad, Isabel respondió que no es tan diferente,
lo que pasa es que los mayores dejan de soñar y hacen que la realidad sea contraria
a los sueños de su juventud, así es cómo truncan sus ideales, dime mamá ¿eres
feliz con mi padre?, Inés nuevamente no supo que responder, al darse cuenta, que
su hija ya no era una niña y que había madurado lo suficiente, la tomó de las
manos y se sinceró con ella diciéndole, no sé en qué momento has crecido y
estás segura de ti misma, me alegro mucho por ti, sabes lo que quieres y estás
dispuesta a luchar por lo tuyo, en cambio, yo fui cobarde, solo obedecí las
órdenes de mis padres, me decían que tu papá era el mejor partido para casarme,
ahora te confieso que vivo en una jaula de oro, no puedo tomar decisiones por
mí misma, y te diré que no soy feliz con la vida que llevo, madre nunca es
tarde para alcanzar la felicidad, no hay que buscarla por fuera, ningún hombre
o ninguna mujer por muy buenos que parezcan podrán darnos felicidad, porque
tendrán su lado oscuro que puede amargarnos la vida, la felicidad hay que construirla
día a día en nuestro mundo interior, con conocimiento, haciéndonos más humanos,
las cosas malas que nos pasan son por culpa de nuestra ignorancia, Inés acarició
las mejillas de Isabel diciéndole, gracias hija, tus palabras me reconfortan,
estaré a tu lado apoyándote, pero considero que es temprano para que te cases, deberías
esperar terminar la carrera que has elegido seguir, si madre, pero mi corazón
me dice que tengo que estar a su lado, juntos saldremos adelante, trabajaremos
y estudiaremos si es necesario, su madre al ver que tal decisión estaba
decidida, le ofreció su ayuda económica, que abriera una cuenta en el banco,
que le depositaría mensualmente una determinada cantidad de dinero, lo suficiente
para que pudiera alquilar un apartamento y otros gastos adicionales, ella se lo
agradeció, además le prometió que le avisaría apenas decidan la fecha de su boda,
esta le aconsejó que él fuera a ver a tu padre para pedirle tu mano, aunque se
negara, así habrás cumplido con nuestras tradiciones, está bien mamá contestó.
Al poco rato llegó Alejandro, quería conocer más de cerca a la madre de su
prometida, se puso a conversar con ella, Inés le preguntaba a él, ¿en qué momento
se había enamorado de su hija?, desde que era un niño supe que ella ocuparía un
lugar importante en mi corazón, ¿y tú, hija?, no sé exactamente, creo que hace
poco, te acuerdas que te pedí me ayudaras para alimentar a los niños de la calle,
ella contestó que sí, que no era capaz de hacer nada sin la autorización de
Ramón, bueno dijo Isabel, desde ese día pensé en Alejandro, sabía que era el
único que podía hacer algo por esos niños y logramos crear una fundación con la
ayuda de algunas empresas que colaboran económicamente, todavía no puedo creer
que mi padre se haya negado cuando se lo pedí. El trabajo que hemos realizado
con la fundación es lo que nos ha unido más y eso es lo que nos hace felices,
Inés se puso contenta de todo lo que decían, ahora estaba más tranquila porque
veía que ambos irradiaban felicidad, les invitó a almorzar en un restaurante
cercano a la casa de Mercedes.
Capítulo 26
Dejen que escriba mi historia
con mi propia sangre
Entró
Ramón a su casa, al ver a Isabel platicar con su madre se puso nervioso, sabía
que su hija le esperaba para pedirle explicaciones sobre las decisiones que
tomó respecto a ella sin su consentimiento, con mucha serenidad disimuló,
sonrió y la abrazó diciéndole bienvenida a casa, ella no dejó que pasara el
tiempo y arremetió preguntando por qué la engañó mandándole a Miami para
quedarse, él le aseguró que quería darle una sorpresa, era un regalo que lo
tenía guardado para que pudiera estudiar en el extranjero y prepararse mejor
que en este país, gracias por tus deseos, pero detrás de estas había algo más, ¡no
es así papá! exclamó Isabel, Ramón al verse descubierto de sus verdaderas intenciones,
argumentó que lo hacía por su bien, que se merecía un mejor novio, a lo cual
ella respondió, que no era ninguna niña para no darse cuenta qué es lo que
quiere en esta vida, es cierto que uno puede equivocarse, al menos déjenme
equivocarme para que pueda aprender y enmendar mis errores, solo así podré
crecer en conocimiento a través de las vivencias, dejen que escriba mi historia
con mi propia sangre, eso hará que me haga más humana, puedo escuchar los
consejos que quieras darme, pero no tomes decisiones que no te pertenecen, en
lugar de ayudarme a crecer, lo único que conseguirás es obstaculizar mi desarrollo
como persona, Ramón quedó contrariado porque no alcanzaba a comprender el
verdadero significado de sus palabras, muy molesto se retiró a su alcoba, su
madre le decía, que no se preocupara, que tratará de convencerlo para que
aceptara su relación con Alejandro, dicho esto se dieron las buenas noches y se
retiraron a sus alcobas.
Inés
no sabía cómo abordar el tema con Ramón, hasta que se le ocurrió preguntarle si
es feliz con la vida que lleva, él le contestó, qué más puedo pedir, si dispongo
de todo para estar dichoso y contento, una buena empresa, una esposa que me
obedece, salimos de viajes, podemos comprar lo que se nos antoje, somos la envidia
de este pueblo, a lo cual ella le objetó diciendo, que para él la felicidad se
puede comprar con dinero, entonces la gente pobre no tiene derecho a la felicidad,
con la voz firme y un poco subida de tono continuó diciendo, mírame bien, llevo
en mi cuerpo joyas de gran valor, vestidos de una marca muy prestigiosa, tengo
abundante comida, vivo en el chalet más grande y hermoso de toda le región, en
cambio, no soy feliz, me siento prisionera entre estas paredes, muchas veces he
tenido ganas de salir corriendo, si no lo hice, es porque veía a Isabel siendo
niña jugar entre las flores, sus sonrisas alegraban mi alma, ahora cuando ella
me habla de Alejandro y de todo lo que hacen por los niños de la calle, veo
brillar sus ojos, su rostro se ilumina, la felicidad no entiende de riquezas ni
pobrezas, está ahí y no sabemos verla, Ramón haciendo caso omiso a lo que le
decía su esposa, se metió a la cama y se tapó completamente con la sábana como
si no quisiera oírla más, no aceptaba que nadie le dijera ciertas verdades,
estaba encerrado en sus propias creencias, no quería mirar más allá de sus
narices, Inés se armó de valor, se acercó más y le descubrió la cara y siguió diciéndole,
para qué te sirve el dinero, para comprar a políticos, mantener a tus amantes,
pagar a las damas de compañía en tus viajes de negocios, al menos recuerdas si
en algún momento has sentido compasión por esa gente que no tienen un pedazo de
pan para llevarse a la boca, vivimos ciegos ante esta realidad, gracias a ellos
me di cuenta, que llevaba una vida llena de hipocresía, en lugar de gastarme el
dinero en ropa costosa, en joyas, en peluquerías, en cremas para las arrugas,
que solo inflan más mi vanidad, debería dedicar mi tiempo en ayudar a la gente
más necesitada, si todos los ricos de la tierra hicieran lo mismo, esta sociedad
sería distinta, con salud y una buena educación no solo en lo profesional, sino
también en lo humano, la vida en la tierra estaría llena de paz y de progreso,
todos saldríamos ganando, justamente eso es lo que quieren Isabel y Alejandro,
esos dos han nacido el uno para el otro y tú te opones a esa relación, por una
sola vez en tu vida, reflexiona y pregúntate que es lo mejor para tu hija,
dicho esto, él le pidió que se acostara, que era muy tarde y tenía que madrugar,
nuevamente eludía la conversación, puesto que sus razonamientos se hallaban enfrascados
solo en números, cuentas bancarias y beneficios que podría recibir de su fábrica,
no tenía cabeza para nada más.
Por la mañana, después que
Ramón se marchó a su oficina, Inés le comentó a su hija, que hizo todo lo
posible para que su papá entrara en razón y aceptara su relación con Alejandro
y aceptó madre, preguntó ella, no sé si aceptará, porque mientras hablaba me
dio la sensación que me encontraba sola entre las cuatro paredes, tu padre no pronunció
nada, ya sabes cómo es él, terco, no quiere escuchar lo que no le conviene,
espero que se le ilumine la mente y acepte que te cases con Alejandro, gracias
mamá por intentarlo, ahora le llamaré para verme con él en la Fundación.
A la hora de la cita ambos asistieron al mismo
tiempo, eran las diez y treinta de la mañana, los niños saltaban de alegría, levantaban
los brazos para que los cogieran, jugaron un rato y enseguida se pusieron a
hacer dibujos, a medio día almorzaron juntos con Alejandro e Isabel, quienes posteriormente
se lo pasaron haciendo cuentas, también conversaban con ellos para conocer sus
inquietudes y necesidades, al finalizar la tarde, salieron a dar un paseo por
la avenida principal, en el parque se sentaron en un banco y recordaron las
citas que tuvieron para planificar de la mejor manera la forma de ayudar a los
niños de la calle, que ahora se encuentran protegidos gracias a la Fundación,
era muy reconfortante para ambos estar nuevamente en ese lugar, ella le comentó
sobre la mujer que quería hablarla urgentemente, le pidió que le acompañara,
que ella vivía en el pueblo donde fueron víctimas del accidente, él aceptó y
además le sugirió que el resto de tiempo lo aprovecharían para visitar a Raquel
y su familia, me parece bien dijo ella, tengo ganas de volver a ver a Sofía, no
te olvides de venir mañana para que hables con mi papá, tienes que estar temprano,
porque él sale de viaje a las diez de la mañana, está bien estaré sin falta a
las ocho, luego de acompañarla a su casa, se dirigió a la suya.
Capítulo
46
La magia del planeta que visita Isabel
y el lado oscuro que Alejandro combate
Una
tarde de verano, Alejandro e Isabel paseaban a orillas del mar, él le preguntó
de dónde sacaba tanta información para poder ilustrar tan sabiamente sus
discursos, ella le contestó, que en el planeta que visita en sus sueños hay
maestros muy sabios que le instruyen, además con la supervisión de ellos, puedo
tener acceso a los televisores para estudiar la historia de la tierra, estos aparatos
son pequeños, tienen la función de interceptar ondas del espacio, las
descodifican y como si de una película se tratara captan la memoria de la naturaleza
y la proyectan a través del espacio y del tiempo, uno se encuentra dentro de la
película, pero; no la puede modificar, estos maestros me dicen que no estoy
preparada para manejar esos televisores, podría entrar en sitios que no
entendería nada e interpretarlos erróneamente y causarme un mal, como puedes
ver, este planeta está mil veces más adelantado que nosotros en la forma de
vivir, ni en sueños podríamos alcanzar tal grado de civilización, lo único que
estamos logrando es destruirlo y por ende destruirnos a nosotros mismos, si lo
visitaras no podrías alcanzar a describir lo maravilloso y la dicha que se
siente ahí, no hay manera de definir lo limpio y transparente que es por donde
camines, se respira aire puro, las montañas se funden con el cielo, es posible
comunicarse con las plantas telepáticamente, crear arte en el espacio, por
ejemplo en una pintura atmosférica puedes penetrar y ser parte de ella, los
objetos parecen tener vida, hablando en términos religiosos, puedo decir que
ese planeta es de ángeles, en cambio, el nuestro es de demonios, si esto se lo
digo a una persona normal, corriente, seguro que se molestaría, ya que no
aceptaría que se le llame demonio, el ego se siente herido y no está dispuesto
a aceptar esos términos, siendo en el fondo de esa naturaleza. Si te digo a ti
esto, es porque tú los conoces, cada noche tienes que enfrentarte a ellos, después
que me liberes, vendrás conmigo a visitar ese planeta, Alejandro sonriente miró
a los ojos de Isabel, sus miradas se fundieron como dos gotas de agua, podían
desnudar sus almas y sentir el fuego sagrado del amor, se sentaron sobre una
roca y contemplaban al Astro rey en el horizonte, de pronto con el reflejo del
sol en el agua vieron emerger pequeñas criaturas de cuerpos etéreos,
cristalinos, adquirían distintas formas, jugueteaban entre las olas, saludaban
a Alejandro e Isabel para luego desaparecer por arte de magia. Ella le decía
que esas criaturas le están reclamando, que se sienten amenazadas por tanta
basura que vierte en el mar, él le explicaba, que esas criaturas son los
principios inteligentes que dirigen las leyes de la naturaleza, también
intervienen en la cristalización de las moléculas de agua y a través de unas
diminutas plantas llamadas plancton, liberan oxígeno a la atmósfera, las
criaturas que habitan el fondo del océano corren un gran peligro con tanta
contaminación, por lo que Nereida me pidió que te liberara para que volvieras a ocupar tu trono como reina del mar, ahora me
explico decía Isabel, con razón ella intercedió ante el juez de la vida para
que no murieras a consecuencia del accidente que tuvimos y me recomendó que te
cuidara como a mi propia vida, ¿cómo evitar que las grandes empresas sigan
contaminando el ambiente? Le preguntó y él contestó que la gente no comprara
nada de lo que ellos producen, así se verían obligados a utilizar los rayos
solares y otras fuentes de energía. Una vez más se miraron a los ojos sabían
que no debían bajar la guardia, que han de poner al máximo sus esfuerzos y
conocimientos al servicio de sus semejantes aun sabiendo que se ganarían muchos
enemigos y tendrían que estar preparados para ello.
Finalizando la tarde regresaron al apartamento,
ella se puso con la tarea de responder a los correos que llegaron de la Fundación
y de la nueva empresa, del mismo modo, leía los comentarios que la gente escribía
en las redes sociales sobre el problema de la crisis, la mayoría le apoyaban y
algunas asociaciones le pedían que se reunieran para ahondar más en el tema,
por su parte Alejandro preparaba temas y preguntas para las clases de ayudante
que impartía en la Universidad, esa noche en otra dimensión dentro su cuerpo
astral, trajinaba por la orilla del río dentro del interior de la montaña, observaba
cómo el agua a medida que avanzaba cambiaba de color, río abajo era más espesa
e incandescente, abriéndose paso entre las rocas, no divisaba a ninguna
criatura a su alrededor, sabía que en cualquier momento tendría sorpresas, en
cada paso que daba, sentía un aire frío que inundaba su cuerpo, buscaba una
salida para continuar ascendiendo la montaña, pero antes tenía que cerciorarse,
que ninguna bestia estuviera escondida en algún hueco, después de caminar
durante varias horas, encontró un montículo lleno de piedras, al explorar el
lugar descubrió una pequeña cueva, se dispuso a entrar, en el instante que iba
a dar el primer paso escuchó unos ruidos que venían de adentro, enseguida se
escondió detrás las rocas, vio salir a un horripilante animal con apariencia
humana y sin ser visto la siguió hasta la orilla del río, cuando se aproximó
más, sin darse cuenta pisó una rama seca, al escuchar el ruido la bestia se dio
la vuelta y se abalanzó para atacarle, al verse doblegada por la fuerza de su
adversario decidió escapar, sin pérdida de tiempo Alejandro empuñó el arco y
lanzó la flecha atravesándole el pulmón, esta cayó agonizante al suelo, una vez
muerta le prendió fuego, más tarde de entre los residuos cogió la perla de oro
y realizó la limpieza para que no quedara rastro alguno.
Luego prosiguió
inspeccionando cada agujero de la cueva para que no quedara bestia alguna, escaló
una de las rocas más altas, en la cima había muchos huevos en un nido hecho por
ramas secas, le prendió fuego, haciendo su aparición por el aire la progenitora,
tenía alas enormes, cola y garras afiladas, al percatarse de su presencia se
escondió detrás de las piedras, el animal sofocó el fuego con sus alas y puso a
salvo a sus descendientes, él no aguantaba el olor circundante, le provocaba
sueño, sabía que si se dormía sería presa fácil, entonces sacó las perlas doradas,
las frotó consiguiendo neutralizar tales hondas hipnóticas, de inmediato hizo
un plan para atacarla, mientras esta iba por más ramas secas para reconstruir
su hábitat, Alejandro frotaba las perlas con la finalidad de convertirlas en
huevos idénticos a los del nido, al conseguirlo los cambiaba y estas las arrojaba
por el precipicio llegando a romperse al impactar con el suelo, cuando todos
los huevos fueron reemplazados y la bestia se sentó encima de estos, al poco
tiempo por acción del calor, desencadenaron una fuerte descarga eléctrica
dejándola calcinada, Alejandro recogió las perlas doradas incluyendo las del
animal, bajó de las rocas y prendió fuego al montón de ramas secas donde cayeron
los huevos, buscó más criaturas animalescas, tenía que exterminarlas por
completo y continuar el camino ascendente de la montaña.
Capítulo 67
Debate sobre Antropología
Darío a través de la universidad donde trabajaba,
junto con Alejandro reunieron a un grupo de profesionales e investigadores en
materia de antropología, para debatir temas relacionados con el origen del
hombre, destacaban dos corrientes de pensamientos bien definidos, por un lado
de la mesa se sentaron los materialistas y enfrente los espiritualistas, los
primeros afirmaban que todo lo existente viene de la materia, basándose en la
teoría de la selección de las especies de Darwin, el monerón atómico de
Haeckel, la dialéctica de la materia de Mark y otras teorías más, los segundos
se fundamentaban en el espíritu del que hablan las religiones, que el hombre fue
creado por Dios, después de dos horas de intensas discusiones ninguno de ambos
grupos daba su mano a torcer, los unos aseguraban tener la razón y los otros decían
que no, que ellos poseían la razón, Darío tuvo que poner orden y preguntó a
Alejandro que opinaba de este debate, él esperó que se tranquilizaran y comenzó
diciendo que ambos bandos tenían razón, pero solamente en parte, pongamos un
ejemplo: el pie derecho es el espíritu y el izquierdo es la materia, todos ustedes
se encuentran desplazándose con uno solo, es decir están cojeando, tienen que
tener bien puestos ambos pies en perfecto equilibrio si quieren caminar
correctamente.
Dirigiéndose al bando de los
materialistas les decía que estaban muy atrasados en materia de ciencia, ya Einstein
con la relatividad, luego la física cuántica con la teoría de las cuerdas y la
unificación de ambas, nos explican que esta dimensión en la que vivimos no es
todo, sino que hay otras paralelas que se penetran y compenetran sin
confundirse, por ejemplo, en una madera húmeda, se encuentran en un solo
espacio la materia sólida que es la madera, el agua como líquido y dentro el líquido
podría ocupar algún elemento gaseoso, para ir más lejos, desde hace tiempo, los
científicos rusos han conseguido fotografiar la cuarta dimensión que tiene la
función de vitalizar los organismos vivientes y dirigiéndose a los espiritualistas
les dice que: la materia se convierte en energía y la energía en materia, es
decir, que si bien el espíritu es energía, necesita de la materia para manifestarse,
los científicos han creado células artificiales, pero jamás lograrán que estas
tengan vida, nos asombramos de gran manera con las máquinas que han inventado,
pero jamás podrán crear una semilla que germine y nazca una planta, jamás
encontrarán la fuente de la vida en la materia tal como la conocemos en esta
tercera dimensión, nunca se ha demostrado ni se demostrará aquello del monerón
atómico de Haeckel que la vida se originó de algún elemento protoplasmático en el fondo del mar, inútilmente siguen
buscando el origen del hombre en esta raza remontándose a la época de las cavernas
diciendo que estos habitantes primitivos descienden del mono, desconociendo
totalmente que nosotros somos una especie que ha degenerado de una raza primigenia
que eran auténticos hombres, con sus facultades totalmente desarrolladas, como la
clarividencia, la telepatía, la intuición, el sentido espacial que les permitía
ver el ultra de todas las cosas, si querían estudiar o investigar algún
fenómeno o acontecimiento, no necesitaban de bibliotecas, ni aparatos de
ninguna clase, accedían a las memorias de la naturaleza o a las dimensiones
superiores donde están los orígenes de todo lo que existe en el universo, no
hay nada oculto para ellos, en cambio, nosotros con nuestros sentidos
incipientes y la conciencia dormida, tenemos la osadía de pretender que lo
sabemos todo, deberíamos reflexionar en aquellas palabras que mencionó Sócrates
“Solo sé que no sé nada”, reconocer que se daba cuenta de que no sabía nada, le
hacía más sabio que a los demás, en cuanto a los espiritualistas, veo que también
son muchos, únicamente puedo decirles que no se conformen con solo creer en la
existencia de un ser superior, “Dioses hay Dios” escribió Victor Hugo, si
quieren conocer la verdadera realidad, es necesario que despierten conciencia y
solo es posible eliminando el ego, este proyecta sus sueños que son sus deseos,
ambiciones, temores, pensamientos, es decir, si terminamos con esos elementos
inhumanos que llevamos dentro, nuestros valores espirituales despertarán y
sabremos por experiencia propia la realidad de los hechos y así no tendremos la
necesidad de discutir de teorías que solo nos confunden haciéndonos ver la
realidad distorsionada. Para terminar, puedo decirles; que nadie es más que
nadie, todos provenimos de una misma fuente que es el Espíritu Universal de Vida,
nuestra verdadera identidad es de naturaleza divina, venimos de las estrellas,
por circunstancias de la vida, en un pasado remoto la naturaleza psíquica que
poseemos ha sido contaminada por el ego, desde entonces nos hemos degenerado
hasta el estado lamentable en el que nos encontramos, siendo este el origen de las desdichas y penurias que
tenemos que soportar. Alejandro después de un breve silencio veía en los
rostros de los asistentes distintas expresiones; se daba cuenta, que de alguna
manera les había dado una lección y les invitaba a reflexionar.
Uno de ellos le preguntó que él no conocía a nadie que tuviera
tales facultades despiertas, Alejandro le respondió diciendo que a través de la
historia se han relatado miles y miles de casos sobre fenómenos paranormales,
ya los científicos médicos están utilizando la hipnosis para hacer curaciones,
los parasicólogos a través de la regresión han logrado que sus pacientes
recuerden sus vidas pasadas, también han fotografiado a difuntos que se han
materializado, mi madre me contaba que siendo niña, veía en el río de su pueblo
hombres pequeños, cuando ella llegaba, ellos se marchaban y según las descripciones
se trataba de los gnomos, además las personas que tienen tales facultades que
son muy pocos, no andan diciendo que los tienen, tampoco hacen demostraciones,
saben que serían calificados de locos o brujos, en cambio, aquel que va
haciendo gala de tener poderes, es solo un charlatán que con ciertos trucos que
conoce quiere engañar al incauto para que este suelte unas monedas a su favor,
nada en la vida se nos da regalado, hay que conseguirlo con nuestro trabajo realizando
esfuerzos voluntarios y conscientes, es así cómo debemos crecer como personas
con humanidad, siendo la humildad su virtud, otro le preguntaba, según lo que
acabo de escuchar, entonces no es cierto que quién creyese en Jesús será salvado,
puesto que él murió por nosotros en la cruz, así es, afirmó Alejandro, el gran
error del catolicismo, es haber convertido las enseñanzas de Jesús en dogma,
con solo creer nadie se transforma, seguimos cargando el ego y con ego no se
puede entrar al cielo porque lo contamina, sin embargo, a la gente le es fácil
aceptar este dogma, con solo creer, que fácil sería ingresar a este reino sin
hacer ningún tipo de esfuerzo, con solo soplar botellas no aparecen las
margaritas, los venados ni nada que se les parezca. Qué nos puedes decir del
desplazamiento de los continentes a través de los años, preguntaba uno de los
asistentes, Alejandro se apresuró a responder: Tal desplazamiento no existe,
esto de la Pangea o supercontinente es solo una teoría más. Una raza, no estoy
hablando del color de la piel como la blanca, negra o amarilla, sino de todos
ellos en conjunto que han habitado este planeta en un determinado tiempo, si se
degenera, inevitablemente será destruía por terremotos, cataclismos y otros fenómenos,
la próxima raza la formarán un grupo selecto de personas que tienen o han despertado
conciencia.
Desde las milenarias
culturas de Egipto, Grecia, Babilonia, Persia, México por nombrar algunas, el
hombre ha tratado de saber sobre la esencia de las cosas, así la preocupación
de los filósofos presocráticos fue averiguar cuál era el principio material
último de todo lo existente, unos decían
que era el agua, otros, el aire, había quiénes defendían que era el fuego,
también se decía que todas las cosas provenían de una sustancia eterna,
completamente indeterminada, en contraposición a estos enunciados más tarde
aparecieron las corrientes filosóficas como el existencialismo, el
racionalismo, el positivismo, el materialismo, el dogmatismo, el anarquismo, etc.,
etc. ante tantas teorías, conceptos, el hombre de hoy está cada vez más confundido,
más desorientado, no sabe qué camino tomar, nuestra mente es muy frágil, pueden
manipularlo, programarlo, manejarlo con falsas propagandas y hacer que nos
comportemos de una determinada manera, manteniéndonos en la más completa ignorancia,
la
realidad que conocemos no es la verdadera realidad porque lo que vemos,
tocamos, olemos son simples sensaciones sensoriales que son interpretadas de
acuerdo con la información que hemos acumulado y nadie nos garantiza de cuánto
de verdad y falsedad hay en ellas, solo despertando conciencia podremos ver
todas las cosas como son, no como nos parece que fueran y lo que no
experimentamos en carne propia, solo serán teorías y a le gente le gusta fantasear
con ellas y crean otras sin ninguna base sólida que van tejiéndose en forma de telaraña.
En esta parte de la disertación, Darío notó en los rostros de los participantes
el cansancio de varias horas sentados en torno de la mesa y les propuso que la
conferencia continuara al día siguiente, quienes aceptaron encantados de volver
por el interés que Alejandro había despertado en ellos.
Contenido
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Prólogo
Quién es el
autor y cómo está escrita la obra
Cap. 1
Nacimiento de Isabel
Cap. 2
Primer encuentro de Alejandro e Isabel
Cap. 3
Nereida encomienda a Alejandro rescatar a Isabel
Cap. 4
Primer combate de Alejandro
Cap. 5 Una
gran misión
Cap. 6 El
planeta que sueña Isabel
Cap. 7
Nuestra verdadera naturaleza
Cap. 8
Hipnosis colectica
Cap. 9
Cárcel psicológica
Cap. 10
Niños de la calle
Cap. 11
Alejandro manifiesta su a mor a Isabel
Cap.
12 Accidente ferroviario
Cap. 13 Los
jueces de la vida
Cap.
14 El regreso a la vida
Cap. 15
Alejandro sale del hospital
Cap. 16
Fiesta de despedida
Cap. 17
Isabel viaja a la capital
Cap. 18
Vivencias metafísicas
Cap. 19
Alejandro e Isabel en la capital
Cap. 20
Momentos mágicos a orillas del mar
Cap. 21
Isabel e Inés viajan a Miami
Cap. 22
Compromiso de boda
Cap. 23
Alberto arriesga su vida por Isabel
Cap. 24
Alejandro recibe instrucciones para
ascender a
la montaña
Cap. 25 A
Isabel quieren revelarle un secreto
Cap. 26
Dejen que escriba mi historia con mi
propia
sangre
Cap. 27
Muere Sara, la matrona que atendió a
Raquel
cuando nació Isabel
Cap. 28
Isabel se entera que fue adoptada
Cap. 29 La
naturaleza es de todos
Cap. 30 La
boda de Alejandro con Isabel
Cap. 31
Alejandro comienza el ascenso a la Montaña
Cap. 32 Isabel
se destaca como oradora y Alejandro
da muerte a
la primera bestia
Cap. 33
Primeras noticias de la crisis financiera, Alejandro
da muerte a
las otras tres bestias
Cap. 34
Alejandro e Isabel se cuentas las experiencias
de sus
sueños
Cap. 35
Isabel propone crear una nueva sociedad para
salir de
esta crisis financiera
Cap. 36
Informe de bienes para crear la nueva sociedad
Cap. 37
Alejandro combate con las bestias en el segundo
nivel de la
montaña
Cap. 38 Ana
víctima de malos tratos y reflexiones para
una sociedad
más justa y humana
Cap. 39
Origen de la vida, Ana pierde a su bebé
Cap. 40
Privatización de las Universidades públicas, La
ignorancia
es el peor enemigo del hombre
Cap.41 Dando forma
a los reglamentos que regularán el
buen
funcionamiento de la nueva sociedad
Cap. 42
Alejandro e Isabel participan en las nuevas tareas
de la nueva
empresa
Cap. 43
Isabel propone crear un partido de tipo humanista
Cap. 44
Isabel con sus discursos llama la atención de
todo el
mundo
Cap 45
Conspiración contra la humanidad
Cap. 46 La
magia del planeta que visita Isabel y el lado
oscuro que
Alejandro combate
Cap. 47 El
impago de las hipotecas y el arresto ilegal de
Alejandro
Cap. 48
Primeros logros de la nueva sociedad, Alejandro
comienza su
trabajo en el tercer nivel de la montaña
Cap. 49
Alejandro se gradúa como médico y combate
con bestias
que adoptan apariencia humana
Cap.
50 La nueva sociedad se hace más fuerte y estable
Cap. 51
Fiesta a orillas del mar, Ana se divorcia de Rubén
Cap. 52 El
cambio solo es posible con la autocrítica,
Isabel se
gradúa como abogada
Cap. 53
Alejandro sube al cuarto nivel de la montaña, Isabel,
Margarita y
Alejandro se establecen en el Pueblo
Cap. 54
Ramón sufre un ataque cardiaco, nace el hijo de
Alejandro e
Isabel
Cap. 55
Isabel gobierna su pueblo. Descubren
conspiración
contra Isabel
Cap. 56
Alejandro libera a Isabel y es proclamada
reina del
mar
Cap. 57
Nuevo amanecer
Cap. 58 El
pequeño Alejandro es llevado ante
la reina del
mar
Cap. 59
Construyendo la ciudad y medio ambiente
Cap. 60 Gran
manifiesto del Movimiento de Cultura Ecológica
Pag 61
Isabel comienza su nuevo trabajo
Cap.
62 El origen del hombre
Cap. 63 Los
elementales de la Naturaleza
Cap. 64
Hechicera de la tribu zulú
Cap. 65
Alejandro es atacado por una bruja
Cap. 66
Alejandro, Isabel y Miguel se establecen en la capital
Federal de
México
Cap. 67
Debate sobre antropología
Cap. 68
Conócete a tí mismo
Cap.
69 Grandes culturas del pasado
Cap. 70
Alejandro e Isabel regresan a su pueblo
Cap.
71 La tercera guerra mundial
Cap. 72
Mensaje para la humanidad
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Puntos de venta
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Calle Galileo 52, CP28015
Madrid, España
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Calle Huertas, 40 CP28014
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Universidad Complutense de Madrid
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